junio 24, 2025 | Actualizado ECT
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En el Ecuador contemporáneo, la educación enfrenta desafíos que van más allá de la infraestructura o la cobertura. El verdadero reto radica en la calidad y pertinencia de los contenidos que se imparten en las aulas. Durante años, se ha priorizado una enseñanza memorística y descontextualizada, alejando a los estudiantes de una formación crítica y comprometida con su realidad.

La ausencia de una educación que promueva el pensamiento analítico y la conciencia social ha generado generaciones de ciudadanos poco preparados para enfrentar los desafíos de una sociedad en constante cambio. Es imperativo replantear el modelo educativo, incorporando metodologías que fomenten la reflexión, la creatividad y el compromiso ético.

Además, es esencial que la educación reconozca y valore la diversidad cultural del país, integrando saberes ancestrales y promoviendo una visión intercultural que fortalezca la identidad nacional. Solo así podremos aspirar a formar ciudadanos íntegros, capaces de contribuir al desarrollo sostenible y equitativo del Ecuador.

La reforma educativa no puede seguir postergándose. Es hora de asumir con responsabilidad y decisión el compromiso de transformar la educación en una herramienta de liberación y progreso para todos.