junio 24, 2025 | Actualizado ECT
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En un país dolarizado como Ecuador, el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) representa una contradicción económica. Este tributo, implementado con la intención de evitar la fuga de capitales, ha demostrado ser más un obstáculo que una solución.

El ISD encarece las importaciones, desincentiva la inversión extranjera y limita la competitividad de las empresas nacionales. En lugar de proteger la economía, la aísla, impidiendo su integración efectiva en los mercados internacionales. Además, afecta directamente a los ciudadanos que desean realizar transacciones legítimas al exterior, penalizando su libertad económica.
El Universo

La experiencia de países como Panamá, que han optado por la eliminación de barreras similares, demuestra que la apertura y la confianza en el mercado generan mayores beneficios que las restricciones. Es momento de que Ecuador siga ese ejemplo y suprima el ISD, permitiendo así un entorno más favorable para el crecimiento y la prosperidad.

Eliminar el ISD no es una concesión a los grandes capitales, sino una medida necesaria para fomentar la inversión, la creación de empleo y el desarrollo económico sostenible. Es hora de liberar a la economía ecuatoriana de este lastre y permitirle avanzar con mayor dinamismo en el escenario global.