En 2024, Ecuador alcanzó un récord de 25.555 divorcios, un incremento del 8,4 % respecto a los 23.556 registrados en 2023, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Esto equivale a un promedio de casi 71 separaciones diarias, la cifra más alta desde el inicio de la pandemia en 2020, cuando se reportaron 14.568 divorcios debido a las restricciones. En contraste, los matrimonios disminuyeron un 4,8 %, pasando de 56.546 en 2023 a 53.813 en 2024, reflejando una tendencia de menos uniones formales.
El pico histórico de divorcios se registró en 2017, con 28.771 casos, mientras que en 1997 la cifra fue de 8.557, mostrando un aumento sostenido en las últimas décadas. El INEC señala que el 79,5 % de los divorcios en 2024 se realizaron por mutuo consentimiento, principalmente por vía notarial (44,5 %) y judicial (35 %). Las provincias de Guayas y Pichincha lideran las estadísticas, con el 27,5 % y el 12,9 % del total de divorcios, respectivamente, mientras que Zamora Chinchipe y Sucumbíos reportan las cifras más bajas.
En cuanto a la edad, los hombres se divorcian principalmente entre los 40 y 44 años, y las mujeres entre los 30 y 35 años. La duración promedio de los matrimonios que terminan en divorcio es de 16,4 años, superior a los 12 años de 1997. Por otro lado, la edad promedio para contraer matrimonio ha aumentado: en 2024, los hombres se casaron a los 36 años y las mujeres a los 33, frente a los 27 y 24 años de 1997, respectivamente.
Expertos atribuyen el aumento de divorcios a factores como mayor independencia económica de las mujeres, acceso a métodos anticonceptivos y cambios en las prioridades personales, con más personas enfocadas en carreras profesionales. La pandemia también influyó, ya que el confinamiento exacerbó tensiones en las relaciones, llevando a muchas parejas a formalizar su separación tras el retorno a la normalidad.
El Registro Civil destaca que, mientras los matrimonios suelen celebrarse en fechas significativas como San Valentín, los divorcios no tienen un momento específico, pero representan una decisión hacia el bienestar personal. La institución enfatiza su rol de acompañamiento en estos procesos, garantizando un trato respetuoso y eficiente.
Esta tendencia refleja un cambio cultural en Ecuador, donde las separaciones son cada vez más aceptadas y los matrimonios, aunque más duraderos, son menos frecuentes, evidenciando una sociedad que prioriza la felicidad individual y la estabilidad emocional.
