La Infanta Cristina de Borbón celebra este 13 de junio su sexagésimo cumpleaños, una efeméride que llega en un momento de particular simbolismo para la hija menor de los Reyes eméritos, Juan Carlos I y Sofía. La conmemoración de sus seis décadas de vida se produce en un contexto de relativa discreción pública para la Infanta, cuya trayectoria ha estado fuertemente ligada a los vaivenes de la Casa Real española y, en particular, a las circunstancias que llevaron a su padre al exilio en Abu Dabi.
Desde hace varios años, la Infanta Cristina ha optado por un perfil más bajo, alejada de los focos que en su momento iluminaron su vida pública, tanto en su papel institucional como en los desafíos personales y legales que enfrentó. Su residencia fuera de España ha sido una constante en los últimos tiempos, reflejo de una etapa marcada por la cautela y la búsqueda de una normalidad alejada del escrutinio mediático.

Fuentes cercanas a la Casa Real y analistas de la monarquía española coinciden en señalar que el posible retorno definitivo de la Infanta a territorio español, y una mayor visibilidad en la vida pública del país, parece estar intrínsecamente ligado al eventual regreso del Rey Juan Carlos I. La situación del monarca emérito, cuya presencia en España ha sido esporádica desde su partida en agosto de 2020, se erige como un factor determinante en los movimientos futuros de su hija.
A sus 60 años, la Infanta Cristina encara una nueva década en un delicado equilibrio entre su vida personal y familiar y las expectativas que aún persisten sobre su rol dentro de la Familia Real. Su cumpleaños se convierte así en un recordatorio de una vida marcada por los privilegios y las responsabilidades, pero también por las complejidades de una historia personal y familiar que sigue escribiéndose bajo la atenta mirada de la opinión pública.
