El piloto automático de Tesla, un sistema avanzado de asistencia al conductor (ADAS), mejora la seguridad y reduce la carga del conductor mediante funciones como control de crucero adaptado al tráfico, autogiro, cambio de carril automático y navegación en autopistas, según El Universo. Equipado en todos los vehículos Tesla nuevos, utiliza ocho cámaras externas con visión de 360 grados hasta 250 metros, 12 sensores ultrasónicos y, en algunos modelos, un radar frontal. La computadora Hardware 3 procesa datos a través de redes neuronales, permitiendo maniobras como aceleración, frenado y dirección dentro del carril, aunque requiere supervisión constante del conductor, con las manos en el volante, ya que no es autónomo.
El sistema ofrece tres niveles: piloto automático estándar (incluido de serie), piloto automático mejorado ($6.000) y capacidad de conducción autónoma total (FSD, $15.000), este último en fase beta con funciones como control de semáforos y señales de stop. Características como Autopark, Smart Summon y Navegar en Piloto Automático optimizan estacionamiento y trayectos, pero no eliminan la responsabilidad del conductor. Limitaciones incluyen fallos en curvas pronunciadas, visibilidad reducida por lluvia o luces brillantes, y marcas viales poco claras. La NHTSA investiga 392 accidentes con piloto automático entre 2021 y 2022, incluyendo 11 fatales desde 2018, destacando casos como el choque de un Tesla Model 3 en Florida en 2019.
Pese a críticas, Tesla reporta 0,22 choques por millón de millas con piloto automático en 2021, frente a 1,81 en autos convencionales, según la NHTSA. Usuarios como Brantley May, multado en Georgia por exceso de velocidad en un Cybertruck, cuestionan su fiabilidad, mientras otros, como Michael en Delaware, elogian su capacidad para evitar accidentes. En Ecuador, donde Tesla no opera oficialmente, la importación de modelos como el Model 3 es común, pero la falta de centros de servicio y el costo de los paquetes de piloto automático limitan su adopción. La tecnología, en constante mejora vía actualizaciones de software, avanza hacia la conducción autónoma, aunque enfrenta retos legales y de seguridad.