El conflicto entre Israel e Irán ha escalado significativamente, con Israel anticipando un “destino amargo y doloroso” como respuesta a su “Operación León Ascendente”, dirigida contra el programa nuclear y las capacidades militares iraníes. El Ayatolá Ali Khamenei, líder supremo de Irán, ha emitido una contundente advertencia, prometiendo una “dolorosa” represalia que intensifica aún más la ya volátil situación en la región.
Los ataques israelíes resultaron en la muerte de figuras clave militares y nucleares iraníes, lo que ha exacerbado las tensiones. La comunidad internacional, especialmente Estados Unidos, ha expresado su postura de no involucrarse directamente, pero ha advertido a Irán contra cualquier ataque a intereses estadounidenses. La situación regional se complica aún más por la posible participación de grupos paramilitares respaldados por Irán. Israel justificó sus acciones como una medida preventiva para evitar que Irán desarrolle armas nucleares, mientras que Irán considera los ataques como un acto de agresión que exige una respuesta contundente. Ante el aumento de los riesgos de seguridad, personal estadounidense no esencial ha sido evacuado de Irak.